A la semana siguiente, entusiasmado por la calidad de la nieve, volvemos por más. Esta vez voy con Cristian Sancho, viejo amigo de montaña y excelente esquiador. Esta vez es el turno del Mario Ardito, otra de las cumbres aledañas a Penitentes. Aprovechamos a ganar tiempo subiendo por la telesilla hasta la máxima altura y de ahí hacemos una travesía hacia nuestro objetivo. Son las 12:15 cuando nos ponemos las “pieles” y comenzamos a subir. Esta vez encaramos unas pendientes más pronunciadas en forma de “vallecitos” que nos acercan a la cara sur del Cruz de Caña. Desde allí ya vemos nuestro objetivo aún lejano.
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Nuestro objetivo, visto desde la base del centro de ski |
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Ganando altura rápidamente por los vallecitos del Cruz de Caña |
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Travesía horizontal para acercanos al Ardito |
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Aprovechamos a ganar tiempo subiendo por la telesilla hasta la máxima altura y de ahí hacemos una travesía hacia nuestro objetivo. Son las 12:15 cuando nos ponemos las “pieles” y comenzamos a subir. Esta vez encaramos unas pendientes más pronunciadas en forma de “vallecitos” que nos acercan a la cara sur del Cruz de Caña. Desde allí ya vemos nuestro objetivo aún lejano.
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Abajo quedaron las pistas y la gente |
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Nuestro objetivo aún lejano |
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Panorámica 360°, tarde fría, rápidas fotos |
El día se presenta soleado con nubosidad alta sobre la cordillera Frontal. Seguimos a buen paso, tratando de no perder altura. Son las 14:40 hs cuando alcanzamos el portezuelo que une ambos cerros. Hemos tenido que hacer algunos rodeos y descensos para alcanzar este punto. Desde aquí, como siempre, la cumbre parece cercana. Apretamos el paso y comenzamos a subir la ladera norte del Ardito. Recién pasadas las 15:30 estamos en la cumbre. Felicitaciones de rigor y fotos panorámicas. Aprovechamos para comer y beber algo antes de emprender el descenso.
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Vista al oeste desde la cumbre, la curva de la Soberanía y el Caracoles |
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Contentos, ahora llegó el momento de la verdad! |
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Descenso con "luz plana", un descenso no tan gozado como esperábamos |
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Las altas nubes han cubierto el cielo y el día se ha teñido de gris. Ajustadas las botas y fijaciones llega la hora de la verdad. Las condiciones de la nieve y la pendiente no me permiten hacer el descenso que hubiera querido. Me decido por una actitud “conservadora” y me decido solamente a “bajar en esquíes” estos primeros metros, ya sea derrapando o en “vuelta maría”. Cristian hace gala de su técnica y se enfrenta con soltura a la pendiente. La luz “plana” (cielo nublado no permite ver los relieves del terreno) no ayuda para nada en estas circunstancias y dos o tres veces me caigo por esta causa. Desde el portezuelo las condiciones de la nieve mejoran notablemente y disfrutamos del descenso. En esta parte voy ganando confianza con los giros y es cuando uno empieza a ver que aquí está el disfrute de la actividad…
Al final, antes de llegar a las pistas, encontramos nieve congelada por lo que volvemos a extremar precauciones. Una vez en las pistas, descendemos apreciando la diferencia de hacerlo aquí o “fuera de pista”. Son las 17:45 cuando llegamos a la base y compartimos unas cervezas invitados por Bruno y su pequeño hijo José. Termina el día y nace la pregunta ¿Qué hacemos el fin de semana que viene?
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El Tolosa nos despide otra vez |
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