sábado, 15 de mayo de 2021

CERRO LAGUNA NORTE (5111m) y BORBARÁN (4875)

SEGUNDA ASCENSIÓN 52 AÑOS DESPUÉS Y POR NUEVA RUTA

 
Panorámica desde la cumbre del Laguna Sur
Mapa de la zona explorada




Mientras desandábamos los últimos metros hasta el vehículo, ya estaba decidido el próximo objetivo. La intensa y exitosa ascensión al “Ulises Vitale” nos había entusiasmado para volver a planear otro ascenso del “Clos de los 7” (Lito, Heber, Ulises, Gerardo, Frodo, AMD y yo). La consigna es “explorar”, así que cuando Gerardo propone un objetivo por su pago, en el departamento San Carlos, y del que poco conocíamos, nadie lo dudó un instante. Al grupo se sumaría otro "pariente", el incansable Diego Neila, amigo de Gerardo.
Al cerro Borbarán lo habíamos podido ver desde la cumbre del Ulises Vitale, así que ya estábamos “presentados”. El sector de montañas donde se ubica este cerro al sur del Río Tunuyán es poco conocido para los montañistas. Quizás se deba a que no hay poblaciones y caminos que faciliten el acceso a esta zona, por lo que es más conocida por arrieros y militares. 
El día 3 de enero de 2021 partimos temprano rumbo a Valle de Uco. Allá nos encontramos con los “valletanos”. Con un café con tortitas caseras nos ponemos al día y pronto estamos en camino a la Laguna del Diamante. 
Después de los trámites de rigor en Alvarado, seguimos en los vehículos hasta Casa de Piedra. Finalmente es cerca de mediodía cuando comenzamos a marchar según el itinerario que nos planteamos. Vamos faldeando, buscando no perder altura para poder ingresar al valle que nos llevará a nuestro objetivo, el cerro Borbarán. Este cerro, junto con el cordón del Laguna están ubicados al Este de la laguna, sobre las últimas estribaciones de la cordillera Frontal. Pocos son los datos que habíamos podido recopilar de esta zona. Hace años y buscando información sobre el Negro Pabellón, la gente del SERVEI (Servicio d’Informació de Muntanya, Cataluña) me mandó el relato de la expedición japonesa de 1969. Esta expedición sube el Negro Pabellón y el Marmolejo y luego se dirigir a la zona del Diamante. Aquí entre otras ascensiones, alcanzan la cumbre del cerro Laguna Norte. Sobre el vecino cerro Borbarán, nada habíamos encontrado, más que el enigmático apellido de origen vasco. No queda más que ir al terreno a seguir indagando sobre estas montañas y su historia.

 










Un par de horas nos lleva la travesía hasta llegar a la vera del arroyo del vallecito que debemos remontar. La presencia de guanacos es importante y también es la de felinos: restos recientes de un guanaco al pie de una gran roca donde decidimos hacer un descanso dan prueba de ello.

El entusiasmo al recorrer una zona nueva para todos, es general y hay que controlar el paso que inevitablemente apuramos. Los márgenes del arroyo presentan mullidos “cojines” verdes que dan descanso a nuestros pies, mientras vamos cruzando de uno a otro lado buscando el camino más cómodo.

Más adelante encontramos una bifurcación y optamos por tomar el brazo sur por la cual seguimos subiendo hasta alcanzar los 3800m. Allí decidimos armar el vivac mientras vamos mirando la ruta del día siguiente. Hemos sobrepasado la base del Borbarán y estamos más a mano del Laguna Norte, así que decidimos intentar éste al día siguiente.La noche no es fría y temprano comienzan los preparativos. Ulises decide quedarse debido a un malestar estomacal. El sol nos alcanza cuando vamos ganando altura en las morenas. La base del cerro no se ve lejos y el entusiasmo acelera el ritmo. Hacemos un descanso al pie de la “pala” que nos llevará al col del Laguna Norte, donde aprovechamos a reagrupar la gente. A los minutos nos ponemos de nuevo en movimiento, marcando el paso en sesudos zigzags. La nieve de días pasados afirma el terreno por donde vamos ganando altura. Cerca del col a 5000m, encontramos restos recientes de un guanaco. Acometemos con Adrián los últimos metros saltando de bloque en bloque en una empinada pendiente. A metros del punto más alto vamos encontrando astillas de una vieja caña…Ya empezamos a imaginar que no son muchos los que han andado por aquí. Al llegar al punto más alto, entre las rocas encontramos una vieja lata oxidada con etiqueta en japonés…Esperamos que llegue el resto del equipo para sacar el testimonio…¡un pequeño papel escrito en japonés donde lo único que se entiende es la fecha…1969! La alegría nos invade al poder comenzar a formar parte de la historia de esta montaña al encontrar un testimonio de hace 52 años. De solo pensar que quienes los subieron antes que nosotros lo hicieron cuando yo era un recién nacido, nos lleva a pensar en lo insignificante que es nuestro paso por este mundo. Lo que nos parece mucho tiempo a nosotros es apenas un suspiro en la vida de las montañas… Nos tomamos un buen rato en tomar fotos, almorzar, tomar mediciones con el gps y para comunicarnos con la radio. La altura del cerro nos dio 5111m, siendo éste la máxima altura de todo el cordón de montañas al Este del Maipo. Cerca de las 14 comenzamos el descenso hacia el vivac, desandando cuidadosamente la pala mientras que algunas ráfagas de viento nos apuran en la retirada. Ya en el valle, desandamos las morenas hasta el vivac, donde después de comer y tomar algo, armamos las mochilas para aproximar a la base del Borbarán. Nos movemos algunos kilómetros al Este, por el brazo de la quebrada que no elegimos en la subida, para quedar justo al pie de la ruta de ascenso de este cerro. Otra vez con las últimas luces volvemos a preparar el vivac, en un hermoso lugar, recodo del arroyo, con agua clara y algo de vegetación a 3700m.







Al día siguiente encaramos el Borbarán a paso firme. Algunos aprovechan a imprimirle un buen ritmo al ascenso, dado el cómodo terreno que permite ganar metros rápidamente. Veo a mis compañeros ganar metros mientras me distraigo sacando fotos durante el ascenso. 
Antes del mediodía estamos todos reunidos en la cumbre, luego de rodear un redondeado morro cumbrero de grandes bloques. Estamos a 4875m de altura, junto a una gigantesca pirca construida al estilo “militar”. No encontramos testimonios, por lo que no sabemos quienes fueron nuestros antecesores. Nos tomamos nuestro tiempo para comer algo, bromear sobre la marcha de ascenso y gozar de la vista del Laguna Norte, que desde aquí se ve hermoso. 
Las nubes de tormenta desde el Este avanzan rápido, por lo que después de las actividades de cumbre, comenzamos el descenso. Llegamos al vivac con tiempo como para “picar algo” y preparar las mochilas: dado el estado del tiempo, decidimos seguir bajando hasta los vehículos hoy mismo.



En pocos minutos de marcha, ya quedamos envuelto en nubes y aire húmedo. De vez en cuando algunas gotas nos anticipan la tormenta que se está desarrollando en el llano. Vamos bajando por la quebrada y nos seguimos maravillando de los lugares que recorremos. Las extensas vegas, los arroyos, los animales, y volvemos a confirmar la importancia de la existencia de una reserva que proteja todo este ambiente alto-andino. Son las 17:30 cuando vamos llegando nuevamente a las vegas del Yaucha, nuestro punto de partida. Mientras unos van a buscar las camionetas, los otros nos ponemos a sacar fotos, preparar cargas y conversar sobre la actividad realizada: en 3 días de montaña, pudimos conocer dos prominentes cerros de la cuenca del Diamante. Una de ellas, el Laguna Norte,  había esperado 52 años que alguien volviera a subirla.