lunes, 12 de marzo de 2012

UNA BONITA CUMBRE Y UNA ENTREVISTA

CERRO SERRATA (4229m) y CHARLA CON ANDRÉS GARCÍA

En las nacientes de la quebrada de Vargas y al este del paso que comunica con la quebrada de río Blanco III se encuentra el cerro Serrata. Alejada cumbre imposible de ver desde la ruta, pero sí cuando uno se va acercando al refugio "Grajales" al pie del famoso Penitentes. Su nombre figura en los viejos mapas del IGM desde mediados del siglo XX, nombre que algunos también usan para el citado paso, aunque para arrieros y viejos montañistas sea el "paso del Yeso".
Hacia ese objetivo me dirigí el domingo 11 de marzo, para comenzar nuevamente la actividad de montaña luego del parate veraniego. A la vez aprovechería el viaje hacia aquella zona para encontrarme con uno de los pioneros del montañismo de Mendoza, Don Andrés García, para que me cuente sus andanzas en los Tres Mogotes, el extremo sur de la Jaula y poder completar uno de los capítulos más interesantes de la historia de ese macizo.
Dejé el auto en el puente colgante, y a las diez de la mañana con una mochila chiquita y zapatillas empecé a caminar rápido. El cerro está al fondo y yo quería volver temprano para tener sufiente tiempo para conversar con Andrés.


























Foto 1: comenzando la marcha. Foto 2: Cerro Almacenes. Foto 3: Agujas de roca del Tres Gemelos. Foto 4: camino al paso Serrata o del Yeso.

La quebrada está más solitaria que la última vez, sólo una persona encuentro en el trayecto hasta el pie del Penitentes, donde llego luego de 1 y cuarto de marcha. El día está impecable, no hay una nube y los cerros tienen rastros de la nevada del día anterior. Mientras voy subiendo y tratando de acomodar piernas o respiración a las diferentes pendientes que voy atravesando, pienso sobre el encuentro que tendré en la tarde con Andrés García. Es un montañista nato, apasionado que aún hoy cerca de sus ochenta años pasa la temporada de verano trabajando para la empresa de Fernando Grajales. Y en invierno es el jefe de seguridad de las pistas de Penitentes. Pero decir eso sobre García es hablar de su trabajo actual. Pero haberlo encontrado en muchos relatos de primeras ascensiones y exploraciones de los diferentes cordones montañosos de Mendoza, es comenzar a conocer los inicios de este apasionado montañés.
De vez en cuando voy mirando la hora, mientras me aproximo al portezuelo. Cruzo vegas pobladas de impasibles vacas que disfrutan del sol del final del verano, mientras que el viento vuela la nieve de las cumbres del Amarillo y del Quebrada Blanca Sur.


























Foto 5: Cerro Quebrada Blanca Sur (4503m). Foto 6: Subiendo por el filo oeste del Serrata. Foto 7: Cara sur Pico Bonito (4987m). Foto 8: En la cumbre del Serrata.

En tres horas y cuarto llego al portezuelo. Hace diecisiete años fue la última vez que anduve por aquí y la senda hoy está más marcada. Esta quebrada y este portezuelo han visto pasar a muchos montañistas desde hace más de un siglo. Pero la montaña tiene esa virtud de hacernos sentir un poco "descubridores" cada vez que la recorremos. Aunque es nuestra obligación conocer de la historia del lugar y saber quien anduvo por aquí antes. Este portezuelo no sería el mismo si no supiera que por aquí pasaron duros y valientes montañistas. Buscando la conquista de las más altas y difíciles cumbres de la zona, Reichert y Helbling pasaron más de una vez por aquí, supliendo las deficiencias de un rudimentario equipamiento a fuerza de agallas y coraje.
Con el mismo espíritu se había movido Andrés García en su camino a las cumbres. Hurgando en los archivos de relatos de ascensiones del CAM, lo había encontrado mencionado en expediciones a los Mogotes, cordón del Portillo y las Delicias, y el mismo Negro Pabellón; todos cordones y cerros de Mendoza que aún hoy para el gran público que le gusta la montaña son regiones totalmente desconocidas.
Cuatro horas y cuarenta minutos más tarde de haber salido del auto llego a la cumbre del Serrata. Un descanso para comer algo mientras disfruto de las montañas recortadas sobre un cielo impecable. Luego de rearmar un poco la pirca y dejar testimonio, comienzo el descenso por la cómoda ladera noroeste hacia el cajón del Yeso.


























Foto 9: Cerro Tres Gemelos (5241m) cara sureste. Foto 10: Peñón sin nombre al sur del Cerro Penitentes, atrás Torreón de los Mesetones. Foto 11: Enano I o Corrado Cervi (5397m). Foto 12: cumbre virgen del Potrero Escondido.

Mientras voy bajando hago cálculos de la llegada al auto. A pesar de haber "entrevistado" para el libro del Macizo de la Jaula a más de un "pionero", sentía cierto recelo en mi encuentro con Andrés. Personas allegadas me habían comentado que era una persona de pocas palabras, naturaleza muy común entre los buenos montañistas. Vamos a ver que resulta de este encuentro!
Voy devorando kilómetros casi sin parar hasta llegar a la entrada de la quebrada. El día ha sido muy agradable con una temperatura que me permitió subir en pantalón corto y remera hasta los 3700m del portezuelo, y poder llegar al auto a las siete de la tarde con la misma vestimenta con que salí en la mañana...

Foto 13: cara noroeste del Serrata. Foto 14: Descenso, atrás Cerro Quebrada Blanca. Foto 15: Vertiente al pie del portezuelo.

Sin perder tiempo, me dirijo hacia Penitentes donde tiene su base de operaciones Grajales. Luego de preguntar a un par de personas, doy con Andrés García que ya estaba en su departamento. Allí rápidamente me presento y le comento porque lo ando buscando... Debe ser raro que alguien venga a buscarte para preguntarte sobre hechos que sucedieron hace más de cincuenta años! En pocos minutos, con la conversación nos hemos trasladado al Cerro Krauter en su primer intento de llegar a los Mogotes. Y de ahí pasamos a su primer ascenso al Mogote Ibáñez en compañia de Mario Ardito (sí, el del cerro). Y como si se tratara de una película de acción y suspenso, pasamos a la impresionante escalada y posterior descenso del glaciar Stappenbeck en la cara sureste del Ibáñez, donde Andrés lleva el papel de "lesionado". Y no podíamos dejar de hablar del cerro Negro Pabellón, hermoso y a la vez ignoto "6000" cercano al Tupungato. A esta altura de la charla, todos los fantasmas que tenía creado sobre este increíble personaje se habían espantado hacía rato. Yo no hacía más que preguntar por uno u otro cerro para que el relato de ascensión tomara forma con una vividez pocas veces vista (o escuchada!). Recién después de haber paseado por el cordón del Portillo y las Delicias, y de revisar viejos recortes de diarios y algunos libros, me di por sastisfecho no tanto por el gran caudal de información que me había brindado sino por la hora que era y que todavía me quedaba manejar hasta Mendoza. Espero que Andrés haya disfrutado de la apasionada charla de montañas como la disfruté yo, esperando que se repita. ¡Muchas gracias Andrés por el grato momento compartido!