lunes, 26 de septiembre de 2011

Un nuevo objetivo en el grupo del Tolosa

Hace un año atrás, desde el "Puntudito" en la entrada de la Quebrada Navarro, había podido ver una cumbre ubicada al norte del Leñas del Tolosa. Esta cumbre que aparece en las cartas topográficas con una cota cercana a los 4300m, presenta una cara Sur con interesantes canales de nieve que desagua por una pequeña y empinada quebrada. La primavera del 2010, la montaña tenía muy poca nieve y no presentó condiciones como para intentarla por esa vía.
Esta temporada, tratando de aprovechar las "últimas nieves" para hacer esquí de travesía, encararamos con Mijel este objetivo. Pero decidimos subirlo por la quebrada ubicada más al Oeste, con pendientes más suaves acordes a mi nivel de esquí.

Luego de un viaje cada vez más atestado de tráfico de camiones, dejamos el auto en cercanías de la "Curva de la Soberanía" y a las 10:15 AM estamos subiendo las primeras pendientes. La nieve es escasa y vamos tratando de "encadenar" todos los "nevés" con las tablas. La noche anterior ha hecho frío y las pendientes orientadas al sur están heladas. En una parte decidimos cambiar de línea de ascenso y no queda otra que cargar los esquíes al hombro. Desde abajo no se podía observar mucho el panorama que encierra este pequeño vallecito, pero una vez que nos montamos en las primeras lomas, aparece una llamativa torre rocosa, que estudiamos para futuros ascensos.



























Seguimos ganando altura y el paisaje se sigue abriendo: al sur la quebrada Navarro se ve tentadora aún cubierta de nieve, habrá que aprovecharla para hacer algunos intentos que se vuelven más accesibles en estas condiciones. Hacia el norte, un intimdante paredón rocoso con llamativas franjas de roca clara cierra nuestro vallecito y rematando el conjutno, la cumbre del Tolosa. Marchamos contentos de poder gozar una vez más de un paisaje privilegiado, muy a mano y a la vez poco frecuentado. Este mismo vallecito es el que utilizó Luciano Fiorenza el año pasado para subir el Tolosa por uno de los canales de nieve a la izquierda del paredón rocoso.



























Después de remontar algunas morenas, torcemos hacia el Este, buscando las últimas pendientes, ansiosos de acercarnos al fin a la cumbre. Pero todavía nos faltan superar algunas empinadas secciones que preferimos hacerlas cargando las tablas en la mochila, dadas las condiciones de nieve dura (y nosotros sin "cuchillas" para que los esquíes se agarren mejor!).
Hacemos una parada para hacer aunque más no sea un "test de cristales de nieve", que nos dé una idea de "donde estamos parados" y que tan estables son estas pendientes. Obviamente que con lo poco que queda de nieve prácticamente no hay peligro de avalanchas pero nunca se sabe!. Así es que hacemos un corte en la pendiente, tomando muestras de los distintos estratos según dureza y temperatura. En casi el 1,30m de espesor, todo se halla bastante más frío que la superficie (entre -5°C y -8°C), salvo la capa de nieve en contacto con el suelo. Conclusión: o la pendiente debiera ser mucho más empinada o nosotros pesar muchos más kilos para desencadenar algo a nuestro paso.


























Seguimos a paso firme, y un último rodeo nos va aproximando al morro cumbrero observado en la fotografía. El día que prometía un sol primaveral se ha ido oscureciendo con algunos cirrocúmulos que ingresan desde el Suroeste y empiezan a tapizar el firmamento. Un portezuelo aparece hacia el Noroeste junto a la pequeña cumbre. Subimos los últimos metros de nieve con las tablas y las abandonamos a pocos metros del final para seguir caminando.
En menos de diez minutos estamos en el punto más alto. Son las 4:15PM y luego de inspeccionar la cumbre, nos decidimos por la parte más alta para hacer una pirca y tomar las fotos. Un viento frío que trae algunos copos de nieve, nos hace ser expeditivos en los trámites de cumbre.

El gps marca 4331m, y mientras Mijel arma la pirca yo me encargo de las fotos. El Santa María nos muestra una "rampa" que podría ser el punto débil para alcanzar su filo cumbrero, algún día habrá que intentarlo. Esto de subir cumbres es un vicio de nunca acabar, siempre desde arriba se descubren otras no vistas o no estudiadas e inmediatamente aparecen los próximos objetivos.














El nombre que le damos es "Morro El Paso" por su ubicación junto a un cómodo portezuelo que puede servir de conexión entre la quebrada que acabamos de recorrer y otra que desciende hacia el Noreste, hacia Confluencia en el Valle de Horcones. Esta travesia puede ser una interesante actividad para futuras salidas. Menos de media hora demoramos en la cumbre y a las 5 de la tarde estamos nuevamente con las botas ajustadas y la fijación en posición de descenso. Hasta aquí me sentía a mis anchas en actividades que manejo perfectamente (el ascenso...) ahora se viene una nueva "prueba": descender los casi 1400m de desnivel hasta el auto a través de diferentes tipo de nieve y pendientes. Siempre las primeras curvas son las más difíciles, uno se encuentra un poco cansado y trata de hacer un descenso controlado. Hay unos sectores empinados y congelados que preferimos hacerlos "derrapando", pero más abajo el estado de la nieve es ideal, y sigo a Mijel que se lanza a disfrutar el descenso al grito de "Pistaaaaaaaaa". Una hora y cuarto después estamos sacandonos los esquíes al lado del auto, luego de una de las bajadas más disfrutables que he hecho. Con un poco más de experiencia, el descenso se sufre menos y se goza cada vez más. Ha sido tan rápida la bajada en comparación con la subida, que parece que nos hubieran sacado de la cumbre en helicóptero!. Mientras volvemos, voy planeando los próximos objetivos, antes que la montaña se convierta en agotadores pedreros...