jueves, 29 de enero de 2015

ESCALADA EN EL "PILAR SALIDO" Y ASCENSO AL CERRO "EL SOMBRERO" 4793m

A veces uno tiene más ganas que tiempo para hacer montaña. Y sólo dos días para hacer “algo” puede parecer muy poco tiempo. Aunque si cuenta con los compañeros indicados y la motivación adecuada, el tiempo no es un impedimento...
Vista con teleobjetivo del cerro "El Sombrero"


Aproximando a las paredes
Pilar Salido a la vista!
Contentos luego de terminar "Epitafio", una excelente vía
Probando las nuevas vías
Excelentes placas de granito que exigen toda la técnica
Asegurador atento
Keops entre nubes
Keops y la luna
Flora de altura
Discutiendo la ruta
Carrera contra las nubes
Vamos que nos alcanzan...
Dos montañistas que suman más de 100 cumbres al Aconcagua
Dos montañistas con ganas de patear...
Primeros metros de descenso
A toda máquina cuesta abajo
Descanso en el hotel abandonado
Pide a gritos unas vías
Quebrada del arroyo Grande, al fondo "El Sombrero"
Aguilucho común
Luego de cumplir con sus compromisos familiares, Mijel me pasa a buscar casi a las 9 de la mañana de un tórrido día de enero. Algo de material de escalada y lo necesario para “patear” alguna cumbre. Minutos más tarde ya estamos en la casa de Lito, el tercer integrante de la salida.

Parada obligada en Tunuyán para aprovisionarnos del asado y la leña. Cumplidos los trámites de rigor en el refugio Portinari, pasamos de largo la entrada del Cajón de Arenales, donde hay gran cantidad de escaladores nacionales y extranjeros. A pesar del tránsito de vehículos, el camino sigue siendo una tortura para el noble VW Gol de Mijel.

Dejamos el vehículo luego de cruzar el puente cercano al refugio Scaravelli. Comemos un sándwich y en pocos minutos más estamos rumbo al “Pilar Salido”, un excelente y promisorio sector de escalada.
Situados al pie de la primera vía abierta, “Epitafio”, a Mijel le dejamos la punta de la cuerda. Con Lito llevamos sin escalar más tiempo del que hubiéramos deseado. Y este lugar es una excelente oportunidad para volver a tomar contacto con la roca. Luego de terminar los 95m de esta vía, destrepamos hacia el oeste, para buscar los descuelgues de dos vías de similar dificultad (5+/6a), equipadas también por Mijel y Federico Indovina. Voy de primero a vista, y lo que siempre parece fácil en el granito de Arenales termina exigiendo más técnica que fuerza. El crux de la vía está entre la 2° y 3° chapa, donde no logro resolver el problema con la sutileza necesaria. Vuelvo a probar y sale perfectamente, enfocado en terminar los 35m de vía, que decrecen en dificultad. Luego es el  turno de Lito y Mijel que también sacan a relucir sus mañas en las placas de granito.

Por último encaramos la vía ubicada más al oeste, que presenta una tónica similar a la anterior. Mismo problema que no puedo resolver “a vista”, entre la 2° y 3° chapa, pero vuelvo a insistir y sale sin problemas. Continúo hasta completar los 30m de vía, que en su parte superior presenta un agradable “diedrito”. Una vez que mis compañeros terminan cada uno esta vía, y siendo las siete de la tarde, nos damos por satisfechos con nuestra ración de escalada. Volvemos contentos al vehículo, mirando un montón de paredes que aún quedan por abrir en este sector.
Inmediatamente Lito comienza con el ritual del fuego, mientras las nubes envuelven a todos los picos cercanos y agregan incertidumbre a la actividad de mañana. Una larga charla disfrutando el excelente asado y el cansancio nos gana antes de la medianoche.


Al día siguiente, me despierto a las 7 y las nubes siguen danzando sobre los cerros…Pero apenas el sol los ilumina, el velo comienza a abrirse. Desayunamos tranquilos y desarmamos el campamento. Una vez cargado todo en el auto, ponemos proa hacia el  valle de Manantiales. Veremos hasta donde podemos exigir al pobre VW Gol. Despacio vamos ganando altura, pasamos la bifurcación que lleva al Portillo Argentino y seguimos rumbo al hotel abandonado. Luego de realizar algunos zigzags, dedicidimos dejar el auto a 3564m.

Son las 9:12 cuando nos ponemos en marcha hacia nuestro objetivo: cerro “El Sombrero”. Este pico es el típico telón de fondo de la  quebrada del  arroyo Grande, visible desde antes del refugio Portinari. Nos ponemos en marcha a buen ritmo, buscando ganarle la carrera a las nubes de tormenta que comienzan a subir por el valle. En menos de una hora alcanzamos hotel a medio construir, a 3911m. Desde allí  estudiamos el camino a seguir, buscando el terreno más firme en la extensa ladera de piedras sueltas que ofrece el cerro. Continuamos “el ritmo demoledor de Mijel” según palabras de Lito. En poco tiempo vamos ganando bastante altura, y en poco más de una hora ya nos estamos asomando al paisaje que se abre al oeste. Una vez en el filo, el viento nos obliga a abrigarnos; hasta aquí habíamos llegado en remera manga corta…
La pirámide rocosa de la cumbre se ve cercana y sin perder tiempo encaramos por la derecha, buscando el terreno más firme. Los últimos metros nos exigen un paso fácil pero expuesto en roca algo frágil. Y en minutos más estamos los tres en la cumbre, primera vez que coincidimos Mijel, Lito y yo en una cumbre. Felicitaciones y fotos de rigor, mientras caemos en la cuenta que son las 12:40hs y que hemos realizado el ascenso en 3,5hs desde el auto. ¡Nos sobraban ganas para subir este cerro! Personalmente llevaba varias semanas sin salir a la montaña. Pero lo increíble es que mis dos compañeros, hace menos de una semana estaban en la cumbre del Aconcagua, cumpliendo sus obligaciones laborales de guías de montaña…¡Y hoy están disfrutando de subir una  nueva cumbre demostrando la pasión que los mueve como montañistas!
Ahora si nos relajamos un momento, comiendo algo y leyendo los ascensos anteriores en el libro de cumbre. Y allí inferimos que el famoso “Polonia Millenium” o “Polonia Milenaria” es el pico amarillento que está situado al sur de nuestra posición, junto al “Chiquito”. Hacia el oeste gozamos de la vista de los grandes de este sector: San José, Marmolejo, Piuquenes, Alto San Juan, Negro Pabellón.

Aprovechamos a tomar innumerables fotos y medir con gps esta nueva cumbre, que arroja una altura de 4793m . Cuarenta minutos más tarde comenzamos el descenso. Rápidamente perdemos altura y en una hora ya estamos en el hotel abandonado donde descansamos unos minutos. Las nubes han seguido en formación y hacia el este el núcleo de tormenta es impresionante.

A las 15:30 hs alcanzamos el auto dando por terminada la ascensión. Sólo resta un tedioso viaje en auto para desandar el sinuoso camino, parando para fotografiar nuevos lugares para escalar o alguna ave de las montañas.
Panorámica de cumbre