viernes, 30 de julio de 2010

Cristo Redentor en ski, 28 de julio de 2010

Un día a mitad de semana nos reunimos cuatro entusiastas del esquí para aprovechar la escasa nieve caída y la ventana de buen tiempo anunciado en el pronóstico. Mijel, Ariel, (que estaban esperandonos en Penitentes) Federico y yo conformamos el "grupete" en esta oportunidad.













Los que estaban arriba ya habían elegido el destino: el Cristo Redentor desde las Cuevas. El día anterior habían esquiado allí y nos anticiparon que el lugar tenía buena nieve. Después de un exasperante viaje entre Penitentes y las Cuevas debido el tráfico de camiones, abandonamos el auto poco después del Arco, y comenzamos la marcha. El día tal cual lo anticipaba el pronóstico está muy bueno y de la nevizca de la tarde anterior queda apenas unos centímetros.

Los dos "profes" (Mijel y Ariel) aprovechan a mostrarnos algunos técnicas de ascenso y de doblar en diferentes pendientes. La marcha es a paso firme, y en poco más de dos horas y media hemos alcanzado el hito fronterizo. Desde allí los entendidos siguen con los esquíes a cuestas para poder probar un nuevo canal de descenso. Con Federico nos tomamos el tiempo para prepararnos a bajar un suave vallecito y esperarlos al pie del canal.














En esta parte la nieve no está tan buena como nos la "vendieron" los chicos, y no me resulta muy fácil realizar los giros. Pero dada la suave pendiente es un lugar optimo para entrar en calor para lo que se viene después.













Al pie del canal los esperamos a que evalúen las condiciones de la nieve y ver si se puede hacer un descenso sin correr peligro de provocar una avalancha. Minutos más tarde Mijel hace demostración de toda su técnica disfrutando un descenso impecable.

Ariel lo sigue realizando a su vez un descenso perfecto y haciendo parecer al esquí fuera de pista como algo muy sencillo...
Luego del descenso del canal, tal era el entusiasmo de Mijel por esta experiencia que estaba por subir de nuevo más de doscientos metros para hacer otra bajada...
Finalmente y dada la hora avanzada decidimos continuar el descenso, buscando las mejores nieves, que aunque no fueron con las condiciones esperadas, nos permitieron disfrutar una vez más de un hermoso día de esquí. Y para mí una nueva oportunidad de seguir aprendiendo de esta forma de vivir la montaña en invierno.

domingo, 25 de julio de 2010

Esquí de travesía en la Quebrada Matienzo, 27 de junio de 2010

Primera parte: a los golpes se aprende...!
Muchas eran las ganas de hacer esquí travesía después de los primeros pasos dados en 2009. Pero recién a finales de junio cayeron las primeras nevadas en la cordillera. Y apenas el tiempo aclaró hacia allá partimos un numeroso grupo de entusiastas del esquí, algunos verdaderos profesionales, otros que van depurando su técnica, y yo, el novato en estas lides que debía darse aún unos golpes para aprender de los diferentes tipos de nieve...










Llegamos un sábado no muy temprano a la boca del túnel internacional, luego de dudar hacia que ladera encarar buscando buenos descensos. La quebrada de Matienzo siempre guarda interesantes posiblilidades, en un hermoso entorno de montañas solitarias. Luego de cruzar el río Cuevas sin darnos cuenta ya que lo cubría la nieve, avanzamos a paso firme hacia el mismo sector donde a finales de octubre del año pasado yo había hecho mi segunda incursión en esta actividad. Mijel y Manu aprietan el paso y van haciendo punta, mientras con Mario y Néstor vamos atrás sacando fotos y preguntandonos porque los primeros no hicieron más zig-zags en la subida...


Después de unas tres horas de ascenso, hacemos una parada para comer algo. Los más entendidos encaran por último un empinado nevé para comenzar desde ahí el descenso, mientras que el resto nos aprestamos a encarar las suaves pendientes que acabamos de subir. Hay poca nieve y lo principal es mantener el control en el descenso para evitar accidentes... eso es lo que me repiten los desinteresados instructores que tengo a mi lado cuando me ven encarar dubitativamente las primeras curvas de nieve acartonada... Un par de aterrizajes más abajo, Néstor me da toda clase de consejos e indicaciones para dominar la técnica en esta nieve difícil, que no tiene nada que ver con la de final de primavera del año pasado! (con pensar que aquella vez vine sólo y descendí todas estas pendientes sin problema!). Ahora sumado que es la primera esquiada de la temporada, en esta nieve "venteada", "acartonada" o como quieran llamarla, me cuesta un motón poder realizar un descenso decente...











Es un placer ver a los que saben deslizarse con elegancia, soltura, gozando de la nieve más allá del tipo que sea y del tiempo que llevan sin esquiar ...como si se tratase de una pista recién pisada! Por mi parte, al final de las pendientes puedo disfrutar el descenso, cuando encuentro nieve más compacta y ya he recordado un poco la técnica (que importante es poder refrescar la técnica en un centro de esquí).
Finalmente bajo heladas ráfagas de viento blanco nos despedimos de la quebrada, huyendo hacia Uspallata donde por fin recompondremos nuestros cuerpos comiendo y tomando algo caliente.

Esquí de travesía en Quebrada de Matienzo, Julio de 2010

Segunda parte, la revancha!
Una semana después de la primera experiencia 2010 de esquí travesía, estamos nuevamente Néstor, Mario y yo enfrentando la quebrada de Matienzo. Muchas opciones no habían quedado. Las nevadas prometidas no se habían producido, y por el contrario, el fuerte viento que había corrido durante toda la semana había "pelado" de nieve aún más la montaña. Y solo en Matienzo había suficiente como para "randonear".













Más temprano que la semana pasada iniciamos la marcha desde la boca del túnel, en ocasiones enlazando los nevés para no tener que quitarnos los esquíes. El día se presenta soleado pero el viento a veces se hace insoportable.














En mejor estado que la vez anterior hacemos el mismo recorrido, a un ritmo más relajado, estudiando por donde nos conviene hacer el descenso.















Una vez alcanzado el borde de la morena, nos damos por satisfechos con el ascenso (de aquí en más la nieve se había volado) y comenzamos el descenso. En una semana la nieve se había transformado lo suficiente como para hacer una delicia el descenso! El viento había hecho su trabajo y las placas parecían pistas recién preparadas...














Con las indicaciones y correcciones del "profe Néstor", el descenso es realmente placentero a pesar de tener que maniobrar con precisión para escapar a piedras que asoman con más frecuencia de lo que uno desearía.
Llegamos temprano al auto, y después de un derrape más abajo de la curva de la soberanía, nos paramos a comer un lomo en el incipiente centro de ski "Aconcagua park" antes de llegar a Penitentes.