martes, 23 de septiembre de 2014

PICO PUNTUDITO 4171m

Terminando ascensos inconclusos...
Cara sur del Puntudito visto desde el Morro Overo 

Aún quedan muchas cumbres después de las “50”. El mes pasado fue el turno de la “51”, el Cerro De los Buitres, y en este mes de setiembre se dio la oportunidad de sumar una más. La cordillera de Límite fue el lugar elegido para la realización de uno de los módulos del curso de “Guía de Montaña” de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM). Después de una semana de actividad en la zona de Matienzo, con el ascenso del Pico Titán, Peñas Coloradas, Chorrillos y Zanni, los ocho alumnos y los dos instructores se dirigieron a la quebrada Navarro. Durante tres días estuvieron desarrollando sus actividades, ascendiendo el Morro Overo, Negro del Inca y otras cumbres aparentemente sin ascensos.
Y para el último día estaba planeado el ascenso al “Puntudito”, escarpada cumbre de la entrada de la Navarro. El “Puntudito” fue el objetivo de Evelio Echevarría, un apasionado montañista chileno que reside en EEUU desde hace muchos años, quien lo intentó en 1989. En esa oportunidad no pudo alcanzar la cumbre debido a la fragilidad de la roca del filo cimero (ver: AAJ 1990, p. 196 y 197), aunque le otorgó el nombre con que hoy lo conocemos. Años más tarde, en octubre de 1996, andinistas del Grupo Rosarino de Montaña ascienden sus dos cumbres realizando probablemente el primer ascenso.
Una llamada telefónica de uno de los alumnos, Fer Martínez, y del profesor a cargo del curso, Mijel, fue suficiente para que me sumara a ese último día de actividad. El pico Puntudito había quedado relegado del libro dado que cuando lo intenté en agosto de 2010 (ver:  Intento al Puntudito, agosto 2010) no encontré la vía que me permitiría superar los peñones de roca descompuesta del filo cimero. Hoy se presentaba una nueva oportunidad de intentarlo y no iba a dejarla pasar.
Entrando a la quebrada Navarro, a la derecha el Puntudito
Nubes amenazantes




Jueves 18 de setiembre, luego de cumplir con las obligaciones laborales pongo rumbo a la montaña. A las 6:15PM comienzo a caminar luego de dejar el auto en la entrada de la quebrada Navarro. Nubes amenazantes envuelven las altas cumbres y algunos copos son traídos por el fuerte viento oeste. A paso rápido avanzo hacia el campamento de los chicos, ubicado a 3470m, en un buen sitio protegido del viento y a mano para varios objetivos. En poco menos de dos horas y con la última luz llego al campamento. Una cena realizada por los anfitriones y a dormir temprano, ya que el plan para el día siguiente es intentar la cumbre temprano y luego volver para desarmar el campamento y bajar a Mendoza.
El amanecer nos encuentra en marcha
Remontando suaves pendientes hacia la base del pico
Marcha con las imprescindibles raquetas
Tolosa desde el portezuelo
Último tramo de vía
Desde el col entre los peñones de la cumbre

A las 6 de la mañana comienzan los preparativos y una hora más tarde estamos en marcha. Voy con Dante (instructor) y cuatro “aspirantes-guías”. Tomamos rumbo a la cara sur del pico bajo las indicaciones del “Colo”, el aspirante  que tendrá a cargo el grupo en esta primera parte. El clima se presenta inestable, con nubes que cubren el cielo a gran altura, anunciando lo previsto por el pronóstico: nubosidad, viento y algo de nieve.
A unos veinte minutos de marcha, nos detenemos a calzarnos las raquetas, imprescindibles para marchar hasta el portezuelo del Puntudito. Llevamos un ritmo cómodo y parejo, apenas interrumpido por alguna que otra parada para fotos. Más arriba le toca el turno a Fernando y luego de chequear los “ARVA”, procede a “guiar” al grupo hasta el portezuelo. Allí nos recibe un viento helado que nos obliga a buscar refugio detrás de unas rocas para comer algo. Dante y Fernando se adelantan a reconocer el camino, mientras esperamos al grupo de Mijel que viene media hora más tarde. Haciendo una travesía sobre pedreros de la cara norte se puede llegar hasta un canal que conduce directamente al peñón que pareciera ser la cumbre. Este canal presenta dos resaltes de 3 o 4m cada uno que exigen pasos de escalada III° UIAA.
Superados los resaltes, llegando a la cumbre
Midiendo el peñón noreste
Al fin la cumbre
Con los cordobeses en la cumbre











Acompaño a Dante que se adelanta para colocar una cuerda de seguridad para los alumnos. Al principio me debo esconder de los bloques que manda mi compañero que “limpia” un poco el terreno. Luego ya me pega el grito para que suba. Los dos resaltes, si bien son bastante verticales, son sencillos de subir dado que el canal forma como una “chimenea”. Lo que parece sencillo de subir siempre es más complicado para bajar, es lo que a uno se le viene a la cabeza cuando realiza estos pasos. Al salir del resalte unos metros de pedreros y salimos al filo. Recién allí encontramos una roca más o menos firme como para armar un relevo. Fijada la cuerda van subiendo los chicos supervisados por Mijel y Dante.

Vista panorámica al Oeste y Norte

Fernando se trepa a una de los peñones de la cumbre y encuentra en uno de ellos una botella de plástico. Vamos subiendo por turno a la cumbre dado lo expuesto del terreno. En la botella hay un pequeño papel doblado en cuatro y envuelto en un pedazo de nylon que se desarma. Nuestro antecesor es Ángel Armesto, quien subió esta cima en 1999, hace quince años. En el testimonio, aclara que no encontró ningún vestigio de ascenso anterior y desconociendo el intento de Echeverría y el ascenso del GRAM procedió a “bautizarlo”. Nosotros dejamos el comprobante con datos de la ascensión respetando el nombre de “Puntudito”.

Vista panorámica al Norte y Este
Para estar seguros de que estamos en el punto más alto, mientras estoy midiendo esta cima, Mijel y Dante van hasta otro peñón ubicado al noreste. Los dos peñones son casi de la misma altura y arrojan valores prácticamente iguales a la medición que hacemos con el GPS. Luego de las fotos de rigor, comenzamos con las tareas de descenso. Gracias a la cuerda fija el grupo baja los resaltes sin problemas y sin perder mucho tiempo. Una vez en el portezuelo nos tomamos unos minutos para comer algún bocado y proseguimos la marcha al campamento.
Cerro Hermanos de Piedra 5218, en la Jaula
Cerro Mono Negro 4826
Descenso por el vallecito sur
Estética vista del Puntudito desde el campamento


























El descenso con raquetas es realmente cómodo y en poco más de una hora estamos nuevamente en el campamento mientras que las nubes envuelven nuevamente las cumbres más altas. Algunos minutos son suficientes para desarmar todo y reponer energías comiendo algo. A las 2:15PM ya estamos nuevamente en marcha. Y mientras las ráfagas heladas anuncian que el mal tiempo se quedará por el resto del día en las cumbres, nosotros ya vamos planeando los nuevos objetivos. Poco antes de las 4PM llegamos al auto dando por terminada la salida, agradeciendo tener la posibilidad de conocer un nuevo rincón de nuestra cordillera.
A toda marcha hacia el auto
Terminando la actividad
Entrenando el trabajo del guía
Puntudito bajo la tormenta

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