DESCONOCIDA CUMBRE CERCANA AL MÁS VISITADO
Desde diciembre de 2010 cuando ascendí al cerro Visera, ubicado al sureste del archiconocido cerro Penitentes, quedé con la intriga de la cumbre “gemela” que presentaba dicho cerro. Pasó el tiempo, el Visera recibió nuevos visitantes pero aquella cumbre ubicada al oeste parecía no haber sido subida aún. Y como no quedan muchas cumbres a la vera del camino internacional sin conocer, un domingo de marzo decido volver por la pintoresca quebrada del Visera dispuesto a descubrir los secretos de su cumbre oeste. En esta oportunidad me acompaña Diego Cavassa, joven montañista que busca nuevos horizontes donde desarrollar su pasión. La quebrada del arroyo Visera y el cerro homónimo deben ser de los rincones menos frecuentados de las montañas aledañas a la ruta a Chile. Pocos rastros humanos, no hay senderos, ni lugares de campamento o fogones. Solo los rastros de los aluviones del mes pasado. Obviamente no hay que entrar a esta angosta quebrada un día de lluvia, ya que puede convertirse una trampa mortal.
A las 8:45AM estamos poniéndonos en marcha, como siempre luego de pocas horas de sueño y el par de horas de manejo desde Mendoza. El clima se presenta bastante atípico: nubes bajas cubren los valles y apenas el sol comienza a calentar van desapareciendo. Lo que es evidente es la ausencia total de viento, esa presencia omnipresente del valle del río Cuevas. Encaramos al portezuelo de acceso al arroyo Visera después de cruzar por el puente peatonal detrás de la hostería “Ayelén”. En poco más de una hora estamos en dicho portezuelo dispuestos a bajar algunos metros hasta el arroyo. Vamos a paso rápido, tenemos varias horas de marcha por delante. Diego va preguntando nombres y rutas de ascenso a las cumbres aledañas, este sector cordillerano guarda un amplio abanico de opciones a las típicas de Vallecitos y el cordón del Plata.
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Rumbo al portezuelo de acceso |
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Catas al sol |
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El más grande ya descansa post-temporada... |
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En la quebrada del Visera |
El arroyo trae menos agua que la vez pasada, y es bastante cómodo ir casi sobre el mismo lecho saltando de piedra en piedra. A poco más de tres horas de marcha dudo en tomar el primer afluente que aparece desde el oeste. Marcha atrás y continuamos por el cauce principal y llegamos al desvío. Es fácil identificarlo dado que es el segundo afluente desde el oeste, y que se presenta más abierto que los otros. Sin perder tiempo caminamos, saltamos, trepamos entre las rocas hasta alcanzar el punto para comenzar el ladeo en dirección SE. Este punto es fácilmente identificable por una gran roca en forma de voladizo. Aquí ya hace su aparición el Visera (cumbre Este) con su impresionante perfil. Que bueno es poder volver a transitar un camino que se ha hecho una sola vez; se puede volver a tener otra impresión de distancias, dificultad y tiempos. Sin contar que uno vuelve a observar cosas que quizás la vez anterior pasaron desapercibidas. En esta oportunidad, el “ladeo” desde la piedra “alero” hasta el punto de ingreso al vallecito alto del Visera me parece más corto que la vez anterior, pero el terreno un poco más “ingrato”. Quizás han sido las lluvias recientes que han dejado la tierra endurecida y cuesta más marcar el paso en la pendiente.
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Llegando a la bifurcación |
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Al pie de la barda rocosa |
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Flora de alta montaña (viola) |
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Descanso antes de la cumbre |
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Panorámica 360° en el vallecito del Visera |
Una hora después nos encontramos justo debajo del punto débil de la barda rocosa que rodea al Visera. Una pendiente abrupta nos conduce a los 4060m. Son las tres de la tarde y sabemos que no nos queda mucho. Había estimado la altura de nuestra cumbre en poco más de 4300m, o sea que a lo sumo en una hora más debemos estar arriba. Comemos algo y continuamos. Diego ve con ganas de encarar la empinada ladera del Visera que subí en diciembre de 2010; si nos queda tiempo podemos subir también esta cumbre, pero objetivo es subir a la cumbre desconocida. Transitar este vallecito alto defendido por murallas rocosas en 360° y al cual sólo se puede ingresar por un solo punto es comparable al estar dentro de una fortificación. Si nos hubieran pedido de niños dibujar una montaña, nunca se nos hubiera ocurrido hacer una como este cerro. La naturaleza es pródiga en creatividad…
En un rato nos encontramos al pie de nuestro objetivo. El terreno no se presenta muy flojo y se puede subir a buen paso. Debo ir “sofrenando” a Diego que está acostumbrado a arremeter sin más hasta la cumbre. Le comento de la ventaja de hacer un paso continuo, sin “quemar” tanta energía…pero no parece muy convencido de mis argumentos. Zigzagueando vamos superando los últimos metros. Y minutos después de las cuatro de la tarde llegamos a la cumbre, que desploma en pared vertical hacia el sur y suroeste. Inmediatamente al oeste se encuentra un peñón casi de la misma altura del lugar donde estamos parados. Inmediatamente queremos sacarnos la duda si es más alto, a lo sumo 1m más alto, pero una angosta brecha nos separa. La roca del peñón es conglomerado que se desgrana de solo mirarlo, así que armamos la pirca ahí mismo. Mientras saco fotos panorámicas, Diego arma la pirca de cumbre y escribe el testimonio. La llamamos Visera Oeste dada el parentesco que posee con la otra cumbre situada 1.5km. El gps nos marca 4316m, apenas 8 metros menos que la cumbre Este. Si bien el desnivel entre el col que las une es mayor a 200m, están fuertemente emparentadas por la barda rocosa que las defiende.
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Cerro Taguas 4500m |
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Cumbre del Visera Oeste 4316m |
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Cerro Negro o Pabellón 6077m |
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Cerro Nevado Excelsior 5773m |
Luego de la panzada de nombres de cerros a diestra y siniestra que le doy a mi compañero, comenzamos el descenso. Quedará para otra oportunidad el ascenso al Visera Este, ya que hay que volver a subir los 250 m de desnivel. Así es que vamos desandando el camino realizado en la ida. Vamos a paso firme en una tácita carrera contra la oscuridad. Sin ningún percance deshacemos los tramos más delicados. De vez en cuando la excusa de una foto nos da la pausa que necesitamos para comer y tomar algo. Pero el último tramo de la quebrada la carrera contra la penumbra ya es evidente…y por poco nos gana antes de alcanzar nuevamente el portezuelo. Aquí ya nos rendimos a la graduación óptica con que hemos venido a este mundo y debemos sacar las linternas. Son las 8:30PM y aún nos queda un buen tramo hasta el auto. Casi una hora después llegamos a Penitentes, mientras imaginamos lo que vamos a comer en Uspallata.
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Comenzando el descenso, atrás Penitentes |
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Quebrada del Arroyo Visera |
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Descenso, atrás Cerros Clonquis y Potrero Escondido |
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Cerro Clonquis |
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Peñón Rajado 4628m |
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Angurriento en Uspallata |
genialllllllll
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