martes, 6 de marzo de 2018

CERRO MANUEL QUEROL (4588m)

BUSCANDO LA ESENCIA DE NUESTRO MONTAÑISMO

PRIMER ROUND / QUEBRADA TAMBILLITOS

Con cuatro días por delante, partimos hacia una ignota cumbre del cordón del Tigre. Hace años que venía mirando este “cincomil” que por su forma amesetada, no cumple con los cánones de “belleza alpina”, pero cumple y sobradamente con los de montaña solitaria y alejada, acceso largo e incierto, los ingredientes necesarios para tener una buena dosis de lo que nos gusta. Y según lo que pude averiguar, parece llamarse Cerro Quebrada Negra, topónimo cargado de la contradicción de un cerro llamarse quebrada…
En realidad el primer día aún debo cumplir con algunas obligaciones laborales y recién casi a mediodía estamos saliendo de la ciudad. Son las 14 cuando comenzamos a caminar la quebrada del arroyo Tambillitos. La última vez que estuve aquí fue hace 9 años cuando con Lito subimos el cerro “De los tambillos”, ¡y la recordaba más “amigable”! Esta vez me acompaña Cristian Sancho, un viejo compañero de andanzas por la Jaula.
Arroyo Tambillitos
Arroyo Tambillitos
Arroyo Tambillitos, al fondo el Vultur
Arroyo Tambillitos, al fondo el Peñón del Atajo y Plataforma

Hemos elegido cuidadosamente que llevar, por lo que vamos bien livianos, con mochilas de 12kg. Esto nos permite alcanzar en una hora y media la primera bifurcación, a pesar de tener que ir saltando piedras, escalando barrancos, pinchándonos con las espinas y cortaderas. El arroyo trae más agua que las anteriores visitas que hice y esto incomoda un poco el tránsito. A partir de la bifurcación el camino es nuevo para mí. Pasamos al pie de algunas paredes rocosas que caen sobre el mismo curso de agua. Más adelante y sin siquiera tener tiempo de pensarlo estamos metidos en una garganta que no nos deja pasar. Estudiamos una y otra margen y no hay caso, por aquí el camino no parece ser. Y nos lo confirma el hecho que hace rato no vemos senderos de guanacos… Sin pensarlo dos veces nos volvemos para poder treparnos a la margen norte, para buscar un paso más arriba. Una vez arriba del barranco, una barda rocosa nos recuerda que el paso para ladear más arriba no es tan obvio y merecería un estudio más en detalle para no pasarnos el finde renegando con la quebrada sin siquiera acercarnos al cerro. Deliberamos unos minutos y optamos por cambiar de objetivo, ya que son casi las 6 de la tarde, estamos a 2600m y aún estamos muy lejos del campamento 1 a 3500m que nos habíamos propuesto. En minutos más estamos desandando la quebrada, mascullando la bronca de no haber estudiado un paso alternativo a este encajonamiento que en Google Earth no parecía tanto…Son las 20hs cuando estamos nuevamente en el vehículo y tomamos rumbo a Uspallata, seguramente frente a un lomito pensaremos mejor que hacer en los tres días que nos quedan. Llegados al pueblo, y ya saciado el hambre, nos vamos a dormir a lo del “Ñaca”, amigo y compañero de trabajo de Cristian. 


2º ROUND / QUEBRADA DE LAS SOMBRAS

Cordón Guamparitos
A punto de partir en la Jaula
Puente FFCC sobre río Mendoza
Río Blanco III de la quebrada de la Jaula
Quebrada de las Sombras

Al día siguiente, comienza el 2° round: a Cristian lo tiento con ir a descubrir si alguien ha vuelto a subir el “Manuel Querol”, cumbre vecina del Marcos Juárez. Estas cumbres forman parte del cordón Guamparitos en el tercio inferior de la quebrada de la Jaula. Son poco más de las 11 y media de la mañana cuando comenzamos la caminata. Cruzamos el puente del FFCC y subimos el ingrato barranco. En un par de horas estamos en la entrada de la quebrada de las Sombras, en un día de sol radiante que nos ha hecho sudar bastante. Dejamos la quebrada de la Jaula y nos internamos en este angosto desfiladero. Nunca voy a dejar de sorprenderme al entrar en esta quebrada que tan bien lleva puesto su nombre, a poco de andar ya caminamos a la sombra de las grandes paredes…

Antes de las 6 de la tarde estamos en el lugar de campamento a 2940m, con tiempo para armar la carpa, encender el fuego y presentarle a Cristian la extensa ladera, que nos llevará mañana a nuestro objetivo. 
Pico Vultur desde campamento
Picos vírgenes de la quebrada de las Sombras
Descanso a 4300m
Rumbo al Marcos Juárez
Cumbre Marcos Juárez
Aconcagua y Peñón Rajado
Águila Blanca
Nevado Excelsior
Retozando en la cumbre del Querol
Cumbre del Manuel Querol
Pico Punta de Flecha y Rincón atrás
Son las 6 de la mañana cuando ya estamos en marcha, bajo la luz de la luna llena. Apenas hace frío y el ambiente es ideal para una marcha constante. La pendiente es pronunciada, el terreno es bastante firme y los senderos de guanaco ayudan mucho. En un par de horas hemos superado los primeros 750m de desnivel. Hemos dejado atrás el ambiente de “inframundo” en que siente uno que está el campamento, y empezamos a asomarnos sobre los filos rocosos vecinos. En un día radiante hacen su aparición los gigantes del Tigre y Ameghino. El portezuelo se ve cercano y no aflojamos el ritmo. A las 10 de la mañana alcanzamos los 4300m del portezuelo y nos maravillamos con la vista hacia el sur: el mundo oculto de la quebrada Casa de Piedra, bien conocido por Cristian y por mí.Después de haber superado un desnivel de más de1300m, nos hacemos un descanso con té y galletas mientras gozamos de la vista del Tigre. En minutos más estamos en marcha y seguimos hacia la cumbre del Marcos Juárez. La última vez que estuve aquí,  hace más de 15 años, me había parecido una dura subida; que bueno es tener la oportunidad de volver y poder gozar otra vez esta montaña: la vista es increíble y el ascenso ahora lo encuentro muy agradable. El filo hacia el Juárez es bastante cómodo y se sube rápido. Y a las 11:30 ya estamos junto a la pirca de cumbre. Mientras Cristian saca el testimonio de nuestros antecesores, me dedico como siempre a sacar fotos mientras el gps hace su trabajo. A las 12:20 seguimos rumbo a nuestro objetivo, la cumbre ubicada al sudoeste. Debemos perder algo de altura y rodear algunos riscos, en un terreno bastante cómodo. Pasamos de largo una llamativa “punta” característica del filo y nos dirijimos sin perder tiempo a la cumbre, a la cual llegamos pasada las 13hs. Allí nos ponemos a revisar cuidadosamente cada metro, pero no encontramos rastros de nuestros antecesores. Lo que esperábamos encontrar, el testimonio de Varoli Piazza del ’71 no aparece y debemos rendirnos a la evidencia de que aquí la historia puede que se la haya llevado el viento: la cumbre desploma verticalmente hacia el este y el sur. Y no podremos confirmar si somos los terceros en llegar hasta este pico...Pero eso poco importa, ya que pierdo largo rato la vista en los cordones de montañas que se muestran desde aquí: cordón de la Jaula, Casa de Piedra, de la quebrada Colorada, Tres Mogotes y hasta el familiar cordón del Plata. Y no puedo dejar de sentir que una buena parte de mi vida está escondida en estas cumbres, valles y quebradas. El cerro Mensajero de la Paz y Toscano me traen recuerdos de 1990, el Punta de Flecha del 2004, el Peregrino del 2005, el Hermano de Piedra del 2007, el Águila Blanca del 2008, el Pico El Fede de 2009, el Excelsior del 2011. Y aquí encuentro la respuesta a porqué seguir explorando cada rincón de este sector cordillerano: ¡porque aquí he vivido toda mi vida!
Descenso a las Sombras
Volviendo al mundo de paredes y sombras
Cristian tiene listas las tortillas al mejor estilo taco mexicano y el hambre me saca de mi ensimismamiento. Dudamos de seguir a las dos cumbres más altas del cordón Guamparitos (que subí en 2004), pero preferimos volver con tiempo disfrutando las dos cumbres alcanzadas. Vamos a buen paso perdiendo rápidamente altura, no sin asombrarnos del ritmo que traíamos en la mañana. Son las 18hs cuando alcanzamos el campamento, justo a tiempo para prender el fuego y comenzar el ritual de la comida. Charla tranquila y nos dormimos temprano bajo la angosta franja de cielo estrellado que nos regala la quebrada de las Sombras. Al día siguiente, recién casi a las 10 de la mañana nos ponemos en marcha. Y a pesar de la actividad de los últimos días, no puedo dejar de hacerle una pregunta a Cristian: “¿volverías a la Casa de Piedra?”…Y como no puede ser de otra manera, se tienta y me contesta “Livianos como vinimos ahora, sí…” Y un objetivo más se suma a la interminable lista de ascensiones pendientes, esos proyectos que nos mantienen vivos.
(PD: el cerro Manuel querol y el cerro Marcos Juárez fueron bautizados en 
Llegando al campamento
Otra vez rodeados
1966 por socios del Club Andinista Mendoza, en homenaje a sus compañeros fallecidos en el cerro San Bernardo, en cordón del Plata. En la cumbre de dicho cerro, se yergue una cruz recordando los malogrados montañistas)


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