lunes, 3 de octubre de 2011

PICO NAVARRO SUR (4696m)

La primera vez que presté atención a la quebrada Navarro, afluente del Río Cuevas en la margen sur, me atrajo un pico nevado que aparecía al fondo. Pasaron los años y fui conociendo más de este hermoso rincón andino. Primero fue la clásica ascensión al Santa Elena desde el Cristo Redentor, el más septentrional de los cuatro picos de la Navarro. Luego un intento al Navarro Sur que termina en la antecumbre bautizada Morro Overo por Evelio Echevarría. Y en 2010 el ascenso al Navarro Norte con la grata sorpresa de encontrar un testimonio de cumbre de 33 años atrás. Ahora había llegado la hora finalmente de intentar la ascensión de este pico, con apareciencia de ser el más accesible de los cuatro.
A esta altura del relato, cabría la aclaración del confuso panorama de nombres que rodea al Cerro o Pico Navarro. Con cinco ubicaciones posibles, según Glauco Muratti, este pico es llamado de la misma manera por diferentes generaciones de montañistas a uno y otro lado de la cordillera. El pico que nos ocupa ahora, posiblemente fue ascendido por primera vez en la década del '60 por montañistas chilenos. En 2009 fue ascendido por Glauco Muratti, quien no tenía información del ascenso mencionado y al no encontrar ningún vestigio lo bautiza "Mital".


























Después de pocas horas de sueño, arranca la jornada desde la ciudad de Mendoza a las 5:10 de la mañana. Tres horas más tarde estoy comenzando la caminata hacia la entrada de la quebrada Navarro. No pude dejar el auto junto a la "Casucha del Rey" debido a unos manchones de nieve que me impidieron el paso. Este invierno ha sido bastante pobre en nevadas, pero no tanto como el año pasado, y todavía la montaña conserva algunos jirones de nieve. La conocida marcha de aproximación la hago rápido, conociendo cada detalle del camino.


























El recorrido elegido es subir hasta el portezuelo Navarro Norte y desde allí subir a la cumbre por la ladera Oeste del cerro. En un primer momento había estudiado las posibilidades que ofrecia un canal que remataba entre el Morro Overo y el Mital, pero para hacer este ascenso habría que hacerlo de noche debido a la posible caída de rocas o hielo por el calor diurno. Además no estaban muy claros dos pasajes de la ruta, que quizás necesitaran estar más cubiertos de nieve. Es así que me decanté por la ruta más segura. Desde el portezuelo, el cerro ofrece una empinada vertiente defendida por algunos roqueríos. El primer paso era poder llegar al portezuelo para poder resolver el ascenso posterior. La nieve se halla bastante dura a pesar de no hacer mucho frío y ser casi mediodía cuando me estoy acercando a través de las morenas al portezuelo. Desde el comienzo de la quebrada éste se veía muy lejano, pero al cabo de 5 horas y media de marcha lo he podido alcanzar.


























Un viento frío pero no muy fuerte me recibe en el portezuelo. Una impresionante y poco común visión de montañas se abre hacia el suroeste. Me tomo unos minutos para gozar del paisaje y reponer energías mientras trato de desentrañar el camino a seguir. Gracias a las fotos tomadas desde el Santa Elena y el Navarro Norte había podido estudiar el tramo superior de la ruta. Sabía que había que ir ascendiendo por canales realizando travesías hacia el sur, buscando llegar al canal que remata en la misma cumbre. Todo esto había tratado de grabarlo en mi memoria para no perder tiempo con rodeos. Comienzo con un canal que por suerte guarda algo de nieve, y en el cual gano los primeros cien metros de los trescientos que me separan de la cumbre. Travesía hacia el sur y vuelta a subir por otro nevé por otros cien metros. Desde este punto se ve un canal estrecho en medio de todos los riscos que rodean a a la cumbre.

Voy ganando metros por este nuevo canal. Pequeñas trepaditas con grampones me dejan cerca del filo, mientras trato de imaginarme cuanto más queda. Pero cuando trepo el último peñón me doy cuenta que estoy en el punto más alto. La cumbre es realmente muy expuesta, con cornisas de nieve sobre la vertiente sureste. No da para estar de pie, así que me siento a sacar fotos. No encuentro el testimonio de mi antecesor, sólo una birome que aparece suelta sobre las rocas. La visión desde este mirador privilegiado es espectacular. El día con temperatura muy agradable y casi sin viento hace que goce de la cumbre por más de cuarenta y cinco minutos.















Luego de deleitarme sacando fotos a diestra y siniestra, armo una pequeña pirca y dejo mi testimonio en un tubo de "Berocca", esperando que tenga mejor suerte que los antecesores y no termine rodando por el abismo que se abre hacia el Este. Comienzo el descenso cuidadosamente, dado lo expuesto del peñón cumbrero. Voy perdiendo metros bajando por las huellas hechas en la subida, prestando atención a las travesías realizadas; todos los canales van rematando en resaltes y hay que saber cuando desviarse de ellos.


























Una vez en el col, tomo conciencia de que ya son las 6 de la tarde y estoy muy lejos del auto!. Enciendo el piloto automático del descenso y voy deshaciendo el largo camino realizado mientras pienso en lo agradable que hubiera sido esquiar estas pendientes nevadas... aunque para lograrlo hubiera que haber cargado los esquíes en la mochila en el comienzo de la quebrada!
Después de dos horas y con las últimas luces voy llegando a la ruta, el Tolosa y el Pico Bonito me regalan los últimos colores del día mientras apuro el paso hasta llegar al auto. Casi trece horas de actividad y aún queda manejar hasta la ciudad, pero eso se olvida rápido... lo que queda son los impresionante paisajes vividos y la motivación de volver a vivir la montaña una vez más.

5 comentarios:

  1. Muy buenas las fotos! Hay tanto por hacer en la zona!

    ResponderEliminar
  2. Sí!, la verdad es que no alcanza la vida y sin salir de los Andes de Mendoza!

    ResponderEliminar
  3. Como siempre excelente Pablo !!!! Felicitaciones again !

    Javi

    ResponderEliminar
  4. Gracias Javi, ahí están esperándonos varios objetivos interesantes!

    ResponderEliminar
  5. Hola Pablo, soy Horacio de Rodeo del Medio, tengo tan poco tiempo para disfrutar de las montañas, que cuando me hago una salida, siempre elijo el Cordón del Plata, porque está a más o menos una hora de mi casa, pero siempre he querido hacer algo en la cordillera del límite, por suerte estás vos que nos lo muestras, un abrazo, Muy bueno tu blog.

    ResponderEliminar