martes, 11 de mayo de 2010

UN PICO "A MANO" Y POCO VISITADO

CERRO PANTA 4172m

Domingo 9 de mayo de 2010. Los Andes siempren guardan una cumbre poco visitada para el que se anima a apartarse de los caminos más trillados, y sin ni siquiera alejarse mucho de la ruta a Chile. Hace tiempo me había fijado en una cumbre que enmarca hacia el Este el panorama de montañas que se tiene desde la Laguna de Horcones. En los mapas, aparece como Cerro "Panta"y está ubicado al norte de la clásica cima de iniciación que constituye el "Banderita Norte". Un día de junio de 2003 desde el Banderita pude observar el largo filo que une ambas cumbres. En más de una salida invernal me ví tentado en escalarlo, pero con mucha nieve, el filo podría llevar más tiempo de lo calculado. Hoy pensando en una cima que no conozca de la Cordillera de Límite, me acuerdo de este cerro y hacia allí me dirijo.



Decido entrar por la Quebrada Pukios, poco antes de llegar a Puente del Inca, y de esa manera evitar incómodos pedreros del filo del Banderita. Son las 9 y media de la mañana de un soleado domingo de otoño cuando comienzo a marchar después de dejar el vehículo en "Los Puquios". La quebrada presenta muchas huellas de animales, por la cercanía a los corrales de mulas utilizadas en el Aconcagua. En una hora de marcha alcanzo el punto elegido en Google Earth para doblar al oeste y empezar a subir la ladera este del filo que une el Banderita con el Panta. Hasta aquí la quebradita es hermosa y muy agradable para transitar. Restos de la primera nevada de la temporada le ponen un toque pintoresco al paisaje. Una banda rocosa atraviesa toda la quebrada desde el sur al norte, impidiendo el paso.

Una vertiente forma una pequeña cascada al lado de la cual observo que se puede superar el obstáculo. Se trata de un corto muro de roca. No lo pienso dos veces y me largo a probar suerte sin saber a ciencia cierta si más arriba no hay otra sorpresa, y esperando en el regreso poder "destrepar". Este tipo de ascensiones a cumbres que no conozco, donde hay que estudiar una vía de ascenso y descenso, que presentan algún que otro obstáculo, realizándolas sólo y en una jornada, me hacen vivenciar aquella montaña solitaria y aislada que tanto me gusta pero en dosis tipo "muestra gratis". Se viven los mismos ingredientes, se corre el mismo riesgo, y siempre es una oportunidad para poner a prueba la preparación y la capacidad de improvisación.
El murito no tiene más de 10m, pero es fácil (III° grado), y desde aquí se ve el camino claro hasta el filo cumbrero, cientos de metros más arriba. La pendiente es pronunciada, y permite ganar rápidamente mucha altura. Continúo a buen paso entusiasmado por el paisaje y el terreno, y antes del mediodía ya he alcanzado los 3600m y supongo que no quedará mucho para la cumbre. Un mar de montañas que se domina desde aquí, hace soñar con más ascensiones... es una historia de nunca acabar!

Voy por el filo rumbo a una cumbrecita donde sobresale un elemento "humano" que anuncia el final de la ascensión. Me parece pronto para estar llegando a la cumbre del Panta, y me soprendo por el veloz ritmo de ascensión que he llevado... Pero al llegar al pico y encontrar el libro de cumbre me doy cuenta de que se trata del Banderita y el Panta aún está lejos... Son casi las dos de la tarde y luego de algunas fotos y chusmear anteriores ascensos militares en el libro, sigo la marcha decidido a alcanzar el Panta.

El filo baja casi 100m de desnivel hasta un col, y luego continúa con algunos "subes y bajas", rematando en unos peñones y bandas rocosas donde no se adivina fácilmente el camino hasta la cumbre. Ésta aparece a la derecha, con un perfil redondeado y que gracias al zoom de la cámara digital puedo observar la cruz en el punto más alto. A la izquierda de la cumbre y un poco más bajo aparece el característico pico rocoso visible desde Horcones y que en un primer momento lleva a pensar que se trata de la cumbre misma del Panta. Sigo devorando metros del filo pensando por donde encarar la cumbre.



Un canal empinado parece ser la única vía que evita las zonas rocosas. Realizo una travesía hasta la base del canal y lo encaro a pesar de mis botas de trekking y bastones con puntas gastadas... Al principio la nieve reciente ayuda un poco para dar estabilidad a un terreno de piedras sueltas de yeso. Pero más arriba se empina y aparece hielo cristal viejo bajo la nieve entre el yeso que se disgrega. Con mucho cuidado supero dos pequeños resaltes esperando que el regreso no resulte muy complicado. Agitado salgo al sol del morro cumbrero y la cruz está a unos pocos metros. Fotos de rigor, búsqueda infructuosa de testimonio anterior (la clásica y vieja caja de madera está abierta y sin nada adentro) y gozar unos minutos del panorama de montañas nevadas.

A las 16.35 comienzo el descenso. Busco una alternativa para evitar el destrepe del canal pero resaltes rocosos me hacen volver sobre el mismo camino. El canal ahora de bajada se ve más intimidante y en algunos tramos prefiero destrepar cara a la pared. Las botas de trekking y los bastones no ofrecen mucha seguridad y no ayudarían mucho a detener una caída, así que es mejor no caerse! Luego de superado el tramo más empinado continúo por las huellas de subida y en minutos ya me encuentro ladeando nuevamente hacia el filo. Una vez en el Col, comienzo a subir nuevamente hacia la cumbre del Banderita, no quiero improvisar una vía de descenso diferente a la de ida, dado que debo encontrar el paso de la cascadita para evitar la banda rocosa.
Apuro el ritmo de marcha y un poco antes de las siete de la tarde estoy destrepando la pared, tarea que resulta más sencilla de lo que me temía. En la quebrada avanzo a paso forzado y con los últimos minutos de luz diurna alcanzo el auto en los Puquios . Otra cumbre de la Cordillera ya no guarda misterios...

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